La ciudad de Bogotá cuenta con políticas públicas que abordan el desafío de la movilidad sostenible. El Plan Distrital de Desarrollo de Bogotá 2020-2024 contempla inversiones en buses eléctricos, carriles-bici y corredores verdes que promuevan una movilidad sostenible, junto con un sistema de transporte más inclusivo. Además, el Plan de Acción Climática de Bogotá 2021-2050 tiene como objetivo la reducción del 50% de las emisiones para 2030 y alcanzar cero emisiones netas para 2050. Estos esfuerzos se alinean con la estrategia nacional para un desarrollo bajo en carbono.

El sector del transporte es un motor económico importante para Bogotá, pero también es el principal contribuyente a la contaminación que provoca miles de muertes al año. El 48% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) provienen del transporte, siendo el sudeste de la ciudad la zona con los peores índices, donde residen la mayoría de los hogares de ingresos medios y bajos. Aunque la ciudad cuenta con una red de sensores, esta no abarca las áreas de mayor contaminación, lo que requiere una mejor desagregación del inventario de emisiones provenientes del sector del transporte.

La movilidad sostenible ha sido una pieza central en la estrategia de recuperación tras la pandemia por COVID-19, con la introducción de aproximadamente 1.500 autobuses eléctricos con el propósito de convertir a Bogotá en la ciudad con la mayor flota eléctrica en el continente. También se ha expandido la red de carriles-bici y se ha implementado desde 2022 un sistema público de alquiler de bicicletas que beneficia principalmente a las personas de menores ingresos. A pesar de esto, menos del 25% de los usuarios de este sistema eran mujeres en 2019, lo que resalta la necesidad de fortalecer el enfoque de género en las políticas de movilidad. El acoso sexual, la inseguridad y la falta de adaptación de las infraestructuras y modelos de bicicleta son algunas de las razones por las cuales las mujeres utilizan menos este medio de transporte.

La discriminación de género también afecta al empleo y la participación en la toma de decisiones en el sector del transporte. A pesar de tener menores tasas de siniestralidad por accidentes de tráfico, menos del 2% de los operadores del sistema de buses Transmilenio son mujeres. Además, la crisis generada por la pandemia ha impactado de manera más severa en el empleo femenino, con un aumento significativo de la informalidad laboral entre las mujeres.

La intervención "Avanzando hacia la recuperación: el sistema de transporte de Bogotá como catalizador de la sostenibilidad medioambiental y la igualdad de género en la era post COVID-19" (AVANTIA) surge como resultado de la convocatoria de propuestas para autoridades locales "Asociaciones para ciudades sostenibles" de 2021. El objetivo de esta iniciativa es promover el desarrollo urbano integral mediante asociaciones entre autoridades locales de los estados miembros de la Unión Europea (UE) y países socios, con un enfoque en el fortalecimiento de capacidades, la prestación de servicios, la gobernanza de las ciudades, la inclusión social, la resiliencia, la sostenibilidad ambiental, la prosperidad y la innovación.

AVANTIA se implementa a través de un contrato de subvención firmado en diciembre de 2021 entre la Comisión Europea (CE) y la Asociación Mundial de Grandes Ciudades (Metrópolis), que lidera el consorcio. Además de Metrópolis, participan el Distrito Especial de Bogotá, el Instituto para Salud Global de Barcelona (IS Global) y el Ayuntamiento de Madrid. El período de ejecución previsto abarca 36 meses, desde abril de 2022 hasta marzo de 2025, con un presupuesto total de 1.685.341 euros.